Si la excentricidad de la anécdota ya hace replantearse muchos de los preceptos que comúnmente asociamos a un establecimiento de estas características, la historia de la inusual protesta es también una invitación para cuestionar las nociones contemporáneas de la gestión cultural: ¿se manifestaría un grupo de vecinos y vecinas a favor de alguno de nuestros proyectos? O mejor aún: ¿qué hace que un proyecto cultural diseñado desde de la administración no consiga vertebrar el tejido local y, en cambio, un espacio ajeno a toda pauta de dinamización logre por sí solo construir y fomentar la comunidad?
El camino para resolver dichas preguntas está guiado por las voces de una decena de agentes culturales, recogidas a lo largo de estas páginas. Colectivos, activistas, artistas y gestores que están generando acciones a favor de la activación de la cultura local. Iniciativas que trabajan para empoderar a la ciudadanía, dinamizar procesos de aprendizaje y pensamiento crítico y, en general, ofrecer alternativas para el acceso al capital cultural.