¿Quieres entrar en contacto, de un modo extremadamente directo, con esa fuerza arrolladora capaz de transformarlo todo? Practica con perseverancia la oración mental: dialoga con Dios. Concentra todas tus energías en el recogimiento del alma.
Estas líneas tratan de eliminar, uno por uno, los obstáculos habituales de manera que logres presentarte ante la mirada bondadosa y radiante del Creador. Así, advertirás su actuación con facilidad y te entusiasmará interpretar con acierto cuantos mensajes personales suyos recibas.