Con respecto a Europía, traducida por Silvio Mattoni, vale decir que si nos planteamos la cuestión de la identidad europea, si lo preguntamos a nuestro alrededor, es decir, si nos planteamos la pregunta “¿qué es Europa?” o, más prosaicamente, “¿Europa?”, es probable que notemos que se produce un silencio musical, el del niño atrapado en el acto, o el del ciudadano que quiere responder con dignidad, pero que se da cuenta de que muchas cosas cambiaron desde la última vez que se detuvo a pensarlo. Escribir un texto sobre la Europa de hoy es entregarse en cuerpo y alma a este silencio, a lo que brota del espacio-tiempo, de la memoria, del espacio de la identidad, que une, en un instante, los atentados de Hamburgo, la peste de Marsella, el movimiento sindical Solidarnosc, la caída de los Ceaucescu, los disturbios de Atenas, la ética de Spinoza, los caballeros teutónicos y el Fado.
Gérard Watkins nació en Londres en 1965. Se instaló en Francia el 1973. Escribió su primera obra, Dead End, en 1980. Escribió también letras de canciones para su grupo Western Eyes, en el cual cantó y tocó la guitarra hasta 1988. Durante su formación teatral en el Cours Florent (París), escribió y dirigió Scorches. Mientras se formaba en el Conservatorio Superior de Arte Dramático de París, escribió Barcelone. Actuó también en más de treinta obras de teatro y cuarenta películas. Desde 1994, dirige su compañía el Perdita Ensemble, con la cual dirigió todos sus textos: La Capitale Secrète, Suivez-Moi, Dans la Forêt Lointaine, Icône, La Tour, Identité, Lost, Je ne me souviens plus très bien, Scènes de Violences Conjugales, en diferentes espacios. Ganó el Premio de Literatura Dramática en 2010 con su obra Identité y fue nominado mejor dramaturgo con su texto Scènes de Violences Conjugales. Fue ganador del premio de la Fundación Beaumarchais, del Centro Nacional del Libro y de la Villa Médicis, con su proyecto Europia / fable géo-poétique, un espectáculo para los graduados de la erac, que dirigió en el teatro de las Bernardines y en el festival de Aviñón.
Sus textos se dirigen en particular a la gente que se siente sobrepasada, excluida, perdida en la sociedad contemporánea y que no tiene particular afición por los temas puestos por lo general en escena. Su escritura busca explorar las lógicas subyacentes de la actualidad, los dramas, las leyes y los hallazgos dentro de los cuales se vinculan los seres humanos.