Bogotano. Para culminar esta novela primero tuvo que escribir un intento-remedo de novela con la que, luego de ser echado de su trabajo como operario por llevar una vida licenciosa, creía inútilmente que se volvería famoso y se taparía en plata. Este hecho puso fin a un sin número de trabajos cual factótum bukowskiano: ayudante de obra, cotero, vendedor, jíbaro fracasado, operario, nuevamente operario, ayudante (catador) de bar, empacador, operario –sí, otra vez–. Gracias a su tenacidad tocada por un ajeno «ese nunca terminará nada», logró culminar sus estudios como Licenciado en Filosofía y Lengua Castellana y una maestría en Estudios Literarios. Tiene otras dos novelas aún inéditas y un libro de cuentos con la misma desdichada suerte. Es seguidor y admirador del Realismo Sucio, de autores como Fernando Vallejo y José María Vargas Vila, y del punk en general, influencia que se refleja sin duda alguna en sus escritos, o al menos eso cree. Actualmente intenta enmendar todo el daño que causó a la sociedad a través de la orientación académica en las disciplinas propias de los estudios que culminó en una institución de cuyo nombre no quiere acordarse.