ADios, espíritu universal que sustenta todas las cosas, del que no tengo más que agradecimientos, quien dotó a mi vida de dádivas, para gozo propio y de quienes me aman. A Luis Miguel Hoyos Márquez y Ernestina Rojas Sinning, mis padres, por haberme regalado la vida, quienes garantizaron mi educación intelectual y emocional, por su imperecedero amor y presencia, quienes pusieron el mundo y las academias de pensamiento a mis pies, ejemplo para ellos todo lo que soy, a ellos dedico esta obra.