Cuanto más fuerte el macho alfa, mayor el peligro.
La locura lunar podría arrastrarme consigo en cualquier momento.
He buscado por todo el continente, he ido a juegos de apareamiento, y sigo sin encontrar a mi mujer loba. Ya me he vuelto demasiado agresivo en la cama.
Soy un peligro. No puedo acercarme a cualquier hembra, sobre todo a la que acaba de mudarse al rancho de al lado. Es una tentación muy grande; y yo un peligro gravísimo.
Debo alejarme. No me atrevo a acercarme a ella.
Preferiría morir antes que causarle cualquier daño a la pequeña humana.
Incluyendo el infligido por mí.