La alabanza pertenece sólo a Dios. Lo alaba, le pide ayuda y le pide que perdone nuestros pecados. Buscamos refugio en Él de la maldad de nuestras almas, de quienes nos rodean y de los sueños que vemos, ¡y pedimos Su misericordia!
Los eruditos islámicos dividen el sueño en tres partes. El primero de ellos es que una persona ve en un sueño lo que está haciendo en la vida.
El segundo es que el diablo asusta a la gente en un sueño, y el tercero son los sueños que Allah (swt) le muestra a la gente en forma de buenas noticias.