Antonio Pane nació en Meta, en el marco espléndido de la península de Sorrento. Heredó la pasión por esta disciplina artística de su abuelo paterno. De hecho, desde niño ha experimentado el arte como algo inevitable en la vida cotidiana y por eso comienza a pintar por pura diversión, inspirado en los colores mágicos de su tierra, que animan sus cuadros y en ellos habita su alma. lo hace feliz, paciente, tranquilo y el pincel se sienta entre sus dedos mientras pinta sus sueños.