Li Tang, un pintor de renombre de la dinastía Song del Norte (1050-1130), es conocido principalmente por sus espléndidos paisajes montañosos. Su estilo realista y detallado tiene la capacidad de capturar la grandeza de las montañas a través de texturas vibrantes y gradientes sutiles. Su profunda conexión con el taoísmo queda patente en sus obras, invitando al espectador a contemplar la tranquilidad y armonía de la naturaleza. La influencia de Li Tang sigue siendo significativa en la tradición artística china, particularmente en la pintura de paisajes, aunque pocas de sus creaciones originales han sobrevivido hasta el día de hoy. Sin embargo, su legado perdura y continúa inspirando a muchos artistas contemporáneos a sumergirse en la belleza de la naturaleza.