Eres un cerebro en una tina que se encuentra en un sótano lúgubre (sí, eso es la academia de ciencias). Te obligan a evaluar las deducciones durante todo el día. ¿Eres lo suficientemente persistente como para ganarte la libertad? Participa en una gran competición de lógica. Demuestra que la silogística no es un misterio para ti y que mereces que te llamen hijo de Aristóteles. ¡Buena suerte!