Nuestra misión es perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo, para que lleguen a la madurez y no siendo ya niños, flotando y siendo llevados por todo viento de doctrina, por engaño de los hombres, por su astucia en los medios de seducción, sino que, profesando la verdad en la caridad, crezcan en todo en Cristo Jesús.