Nuestros valores fundamentales
Iglesia antigua centrada en Cristo con relevancia para el día moderno
Somos una Iglesia ortodoxa "construida sobre la base de los apóstoles y profetas, con el mismo Cristo Jesús como la piedra angular principal". Nuestras raíces son antiguas, datan del primer cristianismo centauro en Alejandría. Nuestra herencia se enriquece con dos milenios de compromiso con el Evangelio en la doctrina, en la liturgia, en la vida de la iglesia y en la paciencia de las persecuciones. Nuestro mensaje a nuestro mundo moderno es personal, universal y siempre relevante: Cristo Jesús vino al mundo, fue crucificado, murió y resucitó para salvar a los pecadores, "de los cuales soy el peor".
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Fieles a los mandamientos más grandes: ama a Dios ya tu prójimo
"De estos dos mandamientos cuelgan toda la ley y los profetas", dijo Jesús. Buscamos vivir vidas apasionadas por Dios, persiguiéndolo todos los días a través de la oración, la lectura de la Biblia, el servicio, el dar, el testimonio y en todo lo que hacemos. Del mismo modo, abundamos en amor a la comunidad que nos rodea, deseosos de atender sus necesidades ya sean físicas, emocionales, sociales o espirituales. Nos entusiasma compartir el amor incondicional de Cristo con todos los que encontramos en palabras y hechos.
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Misión Mental - Trabajando con Fe, Diligencia y Humildad
"Ir" fue la última instrucción de Cristo a su iglesia antes de ascender. Estamos ansiosos por continuar la misión de aquellos cristianos primitivos y deseamos hacerlo con su actitud orientada a la misión. Contenido en todo, pero nunca complaciente; Siempre trabajando para traer un cambio positivo en nuestro mundo. No perturbado por los obstáculos, pero usándolos como oportunidades; Siempre lleno de fe en el poder de Dios. Gozosos de la bendición de Dios sobre nosotros, pero rápidos para repartirlos a otros; Siempre diligentes en usar nuestros talentos dados por Dios. Ardiendo con celo por la verdad, pero compartiéndolo con toda gentileza y respeto; Siempre mostrando humildad genuina a todas las personas. Sirviendo a los hombres, para la Gloria de Dios.
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Comprometidos con la unidad en la diversidad.
Somos una comunidad multicultural unida en el cuerpo de Cristo, la Iglesia. “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo”, y aunque somos muchos, “todos somos uno en Cristo Jesús”; Un Dios, una fe, una esperanza. Creemos que la adoración es el ancla más fuerte para nuestra unidad que trasciende el idioma, la cultura y la etnicidad. Es en la adoración que sabemos cómo regocijarnos juntos, cómo celebrar juntos y cuándo llorar juntos porque tenemos una conexión común con Dios que nos lleva a los demás. Nos reunimos para ser transformados por la presencia de Cristo entre nosotros durante la liturgia, que es el centro de nuestra vida como familia. En todos nuestros tratos, estamos interesados en ser una comunidad auténtica arraigada y basada en el amor genuino, para que juntos podamos conocer el amor de Cristo.
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Buscador amigable
Creemos que cada persona que entra en nuestra iglesia es la persona más importante del mundo. Esa persona es enviada por Dios y debe ser amada y aceptada como tal. Todos compartimos la responsabilidad de crear un entorno acogedor donde nadie está solo.