¿Puede el amor de verano durar más allá de septiembre? Hugo lleva tres años estudiando en Madrid y no suele volver a casa muy a menudo, pero este verano es diferente y pasará estos meses en su ciudad natal, Valencia, disfrutando de la playa; o al menos esa es su idea... Sin embargo, sus planes se truncan cuando un suspenso en una asignatura le obliga a tener que pedir ayuda a la mejor amiga de su hermana si quiere aprobar.
Nathalie no duda en echarle una mano, a pesar de que siempre ha estado colada por él y pasar tiempo juntos la pone más nerviosa de que lo que quiere admitir. A partir de ese momento, comparten no solo horas de estudio, si no, también de confidencias y bromas, y la química comienza a surgir entre ellos.
Ambos lo tienen claro: se gustan; no obstante, parece que el destino tiene otros planes, ya que al llegar septiembre los van a separar 500 kilómetros. Hugo volverá a Madrid y Nathalie, que ha pedido un traslado de expediente, se mudará a Barcelona para continuar con sus estudios.
¿Es realista pensar en llevar una relación a distancia? ¿o deberían dejarlo cuando llegue el otoño?
