Amaya Felices

Soy profesora, madre e ingeniero; pero esa parte de mi biografía no es importante, no tanto como contaros por qué escribo.

Desde niña quería ser escritora pero todos me decían que eso era una tontería. Estudié Ingeniería Química y durante unos años me sentí vacía porque lo que realmente me mueve es crear historias. Al final, muchos años después, decidí dejar de escuchar a todos los que me decían que siendo escritor es imposible ganarse la vida y comencé a pelear por mis sueños, a creer en mí. Como mi apoyo personal tengo a mi pareja. Si yo fuera Eloísa, él sería el guerrero que pelearía a mi lado.

Durante mi divorcio, muy duro y con juicios por la custodia de dos niños pequeños, necesité fuerza. Por eso mi primer libro, El pozo de todas las almas, es muy especial para mí pues es un libro que da fuerza. Pero no solo a mí, sino a quien lo lee. Desde entonces, cada vez que veo las injusticias de la vida o la mala suerte a mi alrededor, deseo ayudar del mejor modo que conozco: compartiendo historias que ayuden a no dejarse vencer por el desaliento y a seguir peleando. Porque a veces llegas a un punto donde no son tus palabras sino tus actos los que hablan por ti y te definen. Me gusta poner esos dilemas a mis personajes porque sé que todos, en algún momento u otro, nos los encontraremos.

Me gustan también mucho las buenas películas y series de televisión, aquellas que mueven emociones, que te hacen reír o llorar y vivir otras vidas. En mis libros, intento transmitirlo.

Por último, soy madre de niños pequeños (bueno, ya no tanto) y profesora de secundaria. Por eso me gusta mucho escribir para vosotros/ellos.

En cuanto a mis libros, los tengo publicados tanto con editoriales como de manera independiente y también he ganado varios premios literarios. Pero como os decía, esa es la parte más aburrida y menos importante porque creo que lo que de verdad importa en un escritor es cómo te hacen soñar y sentir sus libros