Andrés Acosta desde pequeño quiso ser jugador de ping pong, pero con el tiempo descubrió que es más fácil vivir de escribir historias que arrebatarle un campeonato a un chino. Nació en el estado de Guerrero, y ha ido a otros países a escribir libros. Gracias a esas temporadas fuera de México, ha jugado ping pong a diferentes niveles: a nivel del mar, en Cartagena, Colombia; y, a un nivel más alto, en los Alpes de Austria y en las Montañas Rocallosas de Canadá; por eso, puede decirse que ha ganado campeonatos internacionales, aunque sea venciendo en partidos amistosos a escritores desprevenidos que aceptaron su desafío. Además de viajar, le gusta leer y soñar: para él, estas tres actividades son distintas maneras de conocer el mundo.