Lewis (Luke Evans) es un hombre aparentemente normal que en realidad esconde una terrible obsesión: busca vengarse de Cathy (Kelly Reilly). Después de secuestrarla a plena luz del día, la encierra en una celda insonorizada y de pequeño tamaño, concretamente de 10x10, donde pretende descubrir el oscuro secreto de su pasado. Pero Cathy no tiene intención de entregarse tan fácilmente y resulta ser tan resuelta como su secuestrador.