Cuando su intento por infiltrarse en un cartel internacional de la droga fracasa, el agente de la DEA Bobby Trench (Denzel Washington) y el oficial de la inteligencia naval Michael Stigman (Mark Wahlberg) de repente son repudiados por sus superiores. Ahora que todo el mundo los quiere en prisión o muertos, la única persona en la que pueden confiar es el uno en el otro. Por desgracia para sus perseguidores, los buenos que pasan años fingiendo ser malos aprenden un par de trucos por el camino.