Después de tres días en el espacio, tres astronautas del Apolo se aproximaban finalmente a su largamente acariciado destino. El Apolo 13 se dirigía a la Luna. Pero algo iba terriblemente mal. Los sistemas de poder y dirección estaban caídos y el suplemento de oxígeno estaba disminuyendo rápidamente. Lovel, Haise y Swingert ahora encaraban una sombría realidad, que su dañada cápsula estaba extraviada a 205,000 millas en el espacio y podría nunca regresar a la Tierra. Con el tiempo consumiéndose, la tripulación y miles más desafiaron problemas casi imposibles en un osado intento por guiar la cápsula de regreso a la Tierra.