La vida de Duncan (Ken Marino) es un coñazo. Atormentado por un jefe deshonesto (Patrick Warburton) y por su familia, su creciente estrés empieza a causarle una reacción gastrointestinal. Sin ideas, Duncan busca la ayuda de un hipnoterapeuta (Peter Stormare) que le hace descubrir la raíz de su inusual dolor de estómago: un demonio del tamaño de una jarra de cerveza que vive en su intestino y que a causa de su ansiedad sale de dentro de él y asesina a la gente que lo ha cabreado. Temiendo que desate su ira contra la persona equivocada, Duncan se hace amigo de él, lo llama Milo y le da caprichos para mantener su apetito a raya.