Tomándose un respiro en su azarosa vida de cronista de viajes y solterona, Pippa MacGee regresa a su ciudad natal para hacer nuevamente de dama de honor en otra boda más. Desde que baja del avión, las cosas se tuercen, afectada por el desfase horario, Pippa da la nota cuando se pasa con los martinis y comienza a provocar a los hombres en el banquete.