Cuando Fidel Castro abrió la frontera para que los cubanos que tuviesen familia en Miami pudieran salir desde el puerto Mariel, 125 mil personas salieron de Cuba con sueños de libertad y de una nueva vida. Entre esos refugiados iban Antonio ""Tony"" Montana y su amigo Manny Ribera que, tan pronto pisaron suelo norteamericano, se pusieron a trabajar en todo aquello que se les ofrecía. Sin embargo, la ambición llevó a Tony a aceptar un trabajo del traficante Omar Suárez en el que debía pagar un dinero a unos colombianos. Tony y Manny no cumplen el trato y se escapan con el dinero con lo que comienzan su vertiginoso ascenso al poder en el mundo del tráfico de drogas en Miami hasta tener su propio cártel. Pero Tony no sólo trafica la cocaína sino que también la consume en grandes cantidades con lo que su imperio comienza a resquebrajarse desde adentro. Transformando a Tony en un paranoico que ve enemigos hasta en sus amigos más fieles. Cosa que aprovechan las demás bandas que le han declarado una guerra abierta por el control de la distribución de droga.