Acusado de un asesinato del que se declara inocente, el exitoso empresario Adrián Doria contrata los servicios de Virginia Goodman, la mejor preparadora de testigos del país. En el transcurso de una noche, ambos trabajarán para encontrar una duda razonable que le libre de la cárcel. La aparición de un nuevo testigo de cargo amenaza con destrozar la estrategia de la defensa, obligándoles a recomponer a contrarreloj las piezas de un puzle imposible.