Will (Aidan Gillen) recibe la libertad condicional para cuidar de su sobrina Stacey (Lauren Kinsella), quien quedó huérfana tras la muerte de su madre, al no haber nadie que pueda encargarse de ella. Mientras buscan un hogar provisional en las midlands irlandesas, una serie de obstáculos les deja lejos de formar una familia normal. Stacey es rechazada en la escuela local debido a la narcolepsia que ha desarrollado en los últimos meses y Will desobedece varias veces las obligaciones de la libertad condicional en sus intentos desastrosos de ser una figura paterna responsable. Con ello, ambos corren un gran riesgo; que a Will le retiren la oportunidad de salir definitivamente de la cárcel y que Stacey tenga que ir a una casa de acogida.