El transcurso de un viaje en tren, Mathieu Faber relata a sus compañeros de compartimento su idilio amoroso con Conchita Pérez, su criada, quien siempre evitó sus avances y huyó de él. Por casualidad, ambos se encuentran una y otra vez en distintas ciudades europeas, pero Mathieu nunca logra su cometido, mientras que Conchita continúa seduciéndolo y entregándose a otros hombres. Esta mutua tozudez, que conduce a la violencia y al absurdo, los mantiene unidos en un vínculo sólido y sutil, más profundo que cualquier otro.