En el corazón de Kamouraska en Quebec, Patrice Fortier vive en ‘La Sociedad de las Plantas’. Allí, como un transcriptor de la era medieval, cuida diligentemente de las extrañas y olvidadas semillas, para crear una variedad llamada del ‘viejo-futuro’. Patrice crea un jardín de ensueño y transforma la cosecha en proyectos artísticos. Con tiempo y con paciencia, transmite su pasión y conocimiento a su banco de semillas. Una oda a la biodiversidad de las plantas y a nuestra herencia, traía de la mano de un sembrador verdadera y genéticamente motivado.