La última osada película de Stanley Kubrick es muchas cosas. Es un apremiante viaje psicosexual, un sueño perturbador, una cautivante historia de suspenso. Una piedra angular en las carreras de Tom Cruise y Nicole Kidman y un digno final a la carrera de un gran director (Roger Ebert, Chicago Sun-Times) Cruise interpretada al Dr. William Harford, quien se embarca en una correría erotica que pone en riesgo su matrimonio y amenaza con atraparlo en un tórrido misterio de asesinato tras de que se su esposa (Kidman) confiesa sus carencias sexuales. A medida que la historia se desarrolla entre la deuda y el temor para desembocar en autodescubrimiento y reconciliación, Kubrick la orquesta con toques maestros: tomas graciosas, ritmo controlado, colorido rico, imagines sorprendentes y rasgos de bravura que hacen de Kubrick un cineasta que mantendrá los ojos bien abiertos de muchas generaciones.
Awokungaziwa Nokuhlalela ovalweni