El padre soltero Frank Fisher (Nick Offerman) se prepara para enviar a su hija Sam (Kiersey Clemons) a la universidad mientras se ve obligado a cerrar su tienda de discos de décadas de antigüedad. Con la esperanza de mantenerse conectado a través de sus pasiones musicales compartidas, Frank motiva a Sam para que participe con él en una sesión de "improvisación" y compartir así un momento padre-hija. Su canción se convierte en un éxito inesperado, sumiendo a esta familia en un viaje de autodescubrimiento a través de la música.