María José Acuña
La meta no es éxito real ni satisfactorio, si en el camino para alcanzarla, no se está consciente de los motivos que te impulsan para llegar a ella. Un vuelco desde la prepotencia hacia la humildad. Un plato servido con arrogancia no es lo mismo que un plato preparado con "sagesse" et "gratitude" por la nueva oportunidad de demostrar un talento innato.
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