A los 32 a├▒os, ├Бlvaro de la Barra comparte con su familia el certificado con que el estado chileno lo reconoce como hijo leg├нtimo de sus padres, asesinados en la puerta de su jard├нn de infantes. Un relato en primera persona rico en archivos, tab├║es y ausencias, donde cada paso hacia el pasado no solo redescubre una identidad perdida, sino que nos acerca a todos al epicentro de un gran sismo. Una odisea de exilios, idas y venidas.