Seis viajeros querían crear un círculo de amistad por el mundo. Los viajeros se dividieron en dos equipos. Ambos equipos salieron desde Berlín y viajaron en direcciones opuestas. Tenían 100 días para llegar al otro extemo del mundo: Tokio. No sabían adónde les llevaría el viaje, pero solo debían seguir una regla: en cada lugar, tenían que conocer a un amigo de su anterior anfitrión.