Keele, un asesino a sueldo que se odia a sí mismo y envejece, tiene la tarea de matar a un testigo que puede vincularlo a él y a su compañero psicótico, Palmer, con un asesinato reciente. Esta ejecución de rutina se desmorona cuando Keele lucha por llevar a cabo su tarea debido a una crisis de conciencia. Rápidamente descubre que su nueva marca, Peyton, es el objetivo más difícil de su carrera.