Una joven ejecutiva, Andrea, se queda atrapada durante un fin de semana en la azotea del edificio donde trabaja, en compañía de Gualberto, un intendente de limpieza. Auténticos náufragos en un mar de concreto y vidrio, los personajes se ven obligados a llevarse bien para obtener ayuda y al mismo tiempo a reflexionar sobre sus vidas y sus escala de valores que son diferentes por sus estados económicos.