Iván Dragó participa en el concurso de invención de juegos auspiciado por La Compañía de los Juegos Profundos, del que resulta ganador entre más de 10.000 niños. El único detalle fuera de lo común es que no se anuncia cuál es el premio. Lo que sí sabe es que a partir de ese momento empezarán a sucederle las cosas más extrañas: un viaje en globo de impredecibles consecuencias, un colegio que se hunde en la tierra, una niña invisible, un laberinto que esconde pesadillas, un abuelo desconocido… Para Iván, se abrirá para él un mundo de aventuras y misterios en el que nada le resultará fácil y donde cada paso, al igual que en un tablero, será un desafío: el juego de su vida.