Un día sucedió algo extraño.
Hice un trabajo, pero me aceptaron y no pagaron más por ello. Hubo varios pagos y no fue sorprendente confundirse. Traté de escribirlas en una hoja de papel, pero mis tres alegres herederos consideran cualquier hoja de papel sobre la mesa como un cuaderno de bocetos. Los lápices y bolígrafos desaparecen por completo en otra dimensión.
Por supuesto, usando mi encanto, logré convencer al departamento de contabilidad de que era mejor pagarle al programador con una moneda acuñada. Pero pensé en cómo ensillar el caballo de mis ingresos.
En general, sin más preámbulos, creé esta aplicación. Y lo comparto contigo.
Esta es la forma.