Primero trato de revelar en quién me convierto pensando y escribiendo, con mi vida rodeada de autismo, porque todos los que me precedieron lo hacen para decir quién soy. Me redimo más allá del problema, persiguiendo pasiones, tal como lo era cuando tenía dieciséis años, feliz. Consigo evitar quedarme inmóvil, reeducandome en una conversación entre todos. Me quedo en un lugar donde la resistencia es una prueba, Catania. Donde mi persona ha resurgido es el bachillerato clásico, para la filosofía y un mundo de literatura y arte para mí.