Nací en Génova en 1969, donde todavía vivo y trabajo y donde redescubrí mi pasión juvenil, la pintura que, apremiante, se abría paso de manera prepotente en la rutina diaria.Sobre el lienzo dejo que mis emociones se deslicen y bailen juntas dando lugar a a la imagen de mi alma, así el arte acaricia mi inquietud que suavemente se vuelve serenidad; los miedos, los disturbios, la amargura de la vida se transforman lentamente en paz y armonía. Amo a Friedrich y su "Abadía en el robledal", sus atmósferas melancólicas e idílicas. Cuando pinto me gusta sentirme en armonía con su arte.