Los cangrejos ermitaños son naturalmente criaturas juguetonas, pero no puedes jugar con ellos de la misma manera que puedes jugar con un gatito. En su lugar, asegúrese de que su cangrejo ermitaño tenga todo lo que necesita para prosperar y anímelo a explorar y jugar por su cuenta. Puede hacerlo proporcionando los elementos de enriquecimiento necesarios para su cangrejo y asegurándose de que su cangrejo ermitaño esté a salvo cuando lo deja vagar fuera de su recinto.