La caza es una oportunidad para que el cazador ejerza una estricta autodisciplina, por un lado, y un medio para llegar a conocer y comprender a otros seres vivos, por el otro. Te enseña a pensar, libertad para cultivar el amor, el buen gusto y el respeto. Conduce a una observación en profundidad de la naturaleza y sus fenómenos. La caza dirige el desarrollo de la personalidad del cazador en la dirección correcta, desarrollando valores éticos en ella, sin los cuales la caza sería solo una manifestación del instinto.