Al manipular los campos gravitatorios de planetas y estrellas para que giren a su alrededor, los jugadores pueden manipular la órbita del orbe tocándolo. El control del tiempo y la trayectoria son las mecánicas principales. Al tocarlo en el momento oportuno, el orbe puede moverse entre órbitas, reuniendo estrellas y esquivando peligros como agujeros negros, asteroides y órbitas en colapso. Los riesgos rotatorios, las órbitas que disminuyen y el movimiento de las fuentes gravitacionales aumentan la dificultad. Con acertijos de gravedad más desafiantes, los niveles avanzan rápidamente. El secreto para avanzar y descubrir nuevas zonas cósmicas es dominar la física gravitacional y el ritmo orbital.