Había una vez una joven que estaba enamorada de un chico de su clase. A menudo soñaba despierta con él e imaginaba cómo sería si estuvieran juntos. Un día, se topó con un hada mágica que se ofreció a darle un cambio de imagen y transformarla en un hada. La niña dudó al principio, pero finalmente decidió aceptar la oferta del hada.
El hada hizo su magia y pronto la niña quedó adornada con un hermoso maquillaje de hada y vestida con un impresionante disfraz de hada. Se miró al espejo y no podía creer la transformación que había ocurrido. Mientras daba vueltas, se sentía como una verdadera princesa de hadas.
Con su nueva confianza, la chica estaba lista para confesarle sus sentimientos a la persona que le gustaba. Ella reunió el coraje para decirle cómo se sentía y, para su sorpresa, él sentía lo mismo. Tuvieron una mágica cita de hadas para tomar café, donde bebieron bebidas encantadas y hablaron sobre sus esperanzas y sueños.
Cuando el sol empezó a ponerse, el niño tomó la mano de la niña y la llevó a un claro del bosque. Allí bailaron bajo las estrellas mientras las luciérnagas iluminaban el cielo nocturno. Fue un momento mágico que la niña nunca olvidaría.
El hada observaba desde lejos, feliz de haber desempeñado un pequeño papel en la historia de amor de la niña. Sabía que la niña la había encontrado felices para siempre, pero antes de despedirse, se ofreció a vestirla por última vez. La niña accedió felizmente y el hada la transformó en una hermosa hada una vez más.
Y así, la chica y la persona que le gustaba vivieron felices para siempre, con el recuerdo de su primera cita para tomar café con las hadas y el mágico cambio de imagen del hada grabado para siempre en sus corazones.