Mis queridos amigos, la música es un regalo de Dios para todos, y yo no soy una excepción en esto. Creo firmemente que, al igual que el amor y la oración, que se originan en el corazón de Dios y se nos dan como un medio de expresión para Él, la música es también un regalo de Dios como expresión de emociones y de disciplina. Para algunas personas, la música es su mejor conexión con Dios, lo que los acerca a Dios, porque la música es un lenguaje en sí mismo. Lo sabemos con certeza, porque a veces se puede cantar una melodía sin letra como un canto de alabanza a Dios. De hecho, la música también es como la Profecía. La profecía implica escuchar a Dios hablar en el corazón de uno y luego tal vez expresar lo que uno escucha, de modo que la palabra de Dios produzca lo que dice. Por eso, estos cantos míos están compuestos por el Amor de Dios al mismo tiempo que habla alabanza y paz a nuestros corazones. Creo que nos ayudará a construir el Cuerpo de Cristo: la Iglesia como una comunidad de alabanza. Con profundos sentimientos de gratitud a Dios, quisiera confesar que estos cantos están escritos y compuestos a partir de oraciones y de una profunda reflexión y meditación sobre la Palabra de Dios. Como dice el salmista, “entremos por sus puertas con acción de gracias y por sus atrios con alabanza” (Salmo 100). Deseo que, cantando y escuchando estas canciones, te conectes mejor con Dios. Venid queridos amigos, cantemos al Señor y alabemos Su poderoso NOMBRE.
Agradecidos en el Señor,
Rev. Dr. S. Rajasekaran (RAJA)