¿Conocen la Imitación de Cristo? ¿Quizás ahora esté en el fondo de un armario, cubierta de polvo, o abandonada en algún mercadillo? ¡Qué lástima!
Durante más de cinco siglos, este libro ha nutrido a generaciones de cristianos deseosos de progresar en su vida espiritual y de alcanzar la santidad. Leído y releído durante cinco siglos y medio, este libro ha formado almas anhelantes de santidad, llevándolas a la autoconquista, a contemplar a Cristo en su Pasión y a nutrirse de su vida en la Eucaristía.
Esta obra nació en el seno de un vasto movimiento espiritual de los siglos XIV y XV: la Devotio Moderna. Este movimiento, sencillo y concreto a la vez, estaba dirigido a almas humildes y sinceras, en una época en que la teología escolástica se había vuelto demasiado abstracta e intelectual.
Al leer La Imitación, sorprende la riqueza bíblica de sus textos: el autor recurre constantemente a las Sagradas Escrituras, citando 86 de los 150 salmos, 92 pasajes de los profetas y más de 260 extractos del Antiguo Testamento. En cuanto al Nuevo Testamento, hay 193 referencias a los Evangelios, 13 a los Hechos de los Apóstoles, 190 a San Pablo y 87 a otros escritos. Santa Teresita del Niño Jesús testificó la importancia de este libro en su vida:
"Durante mucho tiempo me alimenté de la 'flor pura' que contenía la Imitación; era el único libro que me hacía bien, pues aún no había descubierto los tesoros que ocultaba el Evangelio. Me sabía de memoria casi todos los capítulos de mi querida Imitación; este librito nunca me abandonaba; en verano, lo llevaba en el bolsillo, en invierno, en el manguito, así que se había convertido en una tradición. En casa de mi tía, se divertían mucho con él, y abriéndolo al azar, me hacían recitar el capítulo que tenía delante."
Cuando la sequedad espiritual la abrumaba, "la Sagrada Escritura y la Imitación me ayudan", dijo, "en ellas encuentro un alimento sólido y puro". Para Teresita, la Imitación de Cristo fue a la vez fuente de inspiración y guía de vida, el fundamento de su "caminito" hacia Dios.
Un legado espiritual como éste debería animarnos también a redescubrir la Imitación de Cristo.