The Imitation of Christ Audio
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La Imitación de Cristo es ampliamente considerado como el segundo libro más leído en el mundo, después de la Biblia; Esto es ciertamente así en los anales del cristianismo. Su influencia en la literatura religiosa posterior, hasta el presente, no puede subestimarse.
El Padre Thomas à Kempis fue un monje de los Canónigos Regulares del Monte Santa Inés en Windesheim en Alemania (a unas 20 millas al suroeste de Mainz) que fue ordenado sacerdote en 1413. Nació en Kempen en la Diócesis de Colonia, en 1380 y es descrito como “un hombre de mediana estatura, tez oscura y coloración viva, con frente ancha y ojos penetrantes; bondadoso y afable con todos, especialmente con los afligidos y afligidos; constantemente ocupado en sus ocupaciones favoritas de leer, escribir u orar; en el tiempo de recreación en su mayor parte silencioso y recogido, encontrando difícil incluso expresar una opinión sobre asuntos de interés mundano, pero derramando un rápido torrente de elocuencia cuando la conversación giraba en torno a Dios o las preocupaciones del alma. En esos momentos, a menudo se disculpaba: "Hermanos míos", decía: "Debo irme: alguien está esperando para conversar conmigo en mi celda".
Comentario de la hermana:
Queridos pequeños corazones,
Todos estamos llamados, independientemente de nuestro estado en la vida, ya sea que estemos casados, consagrados o solteros, a ser "otros Cristo", "otras Marías" en este mundo. No es lo que hacemos o no logramos a nivel temporal, sino la calidad de nuestro amor, servicio y ser que, tan a menudo, solo Dios ve. Sin embargo, en este mar tempestuoso de la vida necesitamos el ejemplo de testigos a quienes podamos mirar y en quienes podamos modelar nuestras propias decisiones. Algunos testigos pueden tener un gran atractivo, otros menos, pero Dios puede hacer que todos nos hablen si oramos y nos esforzamos por estar abiertos.
Las Escrituras y las enseñanzas de la Santa Madre la Iglesia deben ser nuestro principal alimento espiritual, pero también son muy dignos de elogio esos escritos y tratados que se nos transmiten de generación en generación para nuestra edificación. Es parte de lo que llamamos Sagrada Tradición en la Iglesia.
Mi propia aproximación, como monja consagrada, a esto es verlo a través de los ojos y el corazón de María ... ¿no nos atraerá ella, no es así, constantemente a su Hijo, Jesucristo, a quien encontramos tan íntimamente en los evangelios, nos convertimos en quienes nos enfocamos. No es suficiente asentir a lo que Cristo ha dicho, también es un llamado a poner sus palabras en elecciones y acciones. Las palabras del extracto anterior son profundamente ciertas. ¡En la enseñanza de Cristo encontramos el maná escondido, alimento para nuestras almas, nuestras vidas y nuestro viaje desde vagar por el desierto de este mundo hasta el mismo Trono del Dios Altísimo mismo!
Al principio, oremos para que seamos consumidos en el amor por el espíritu de Cristo, el espíritu de María ... y aquí, ahora, en este lugar, en este momento, comience ... porque como nos recordó San Francisco. , “Es hora de que comencemos de nuevo porque en realidad aún no hemos comenzado”.
Tus hermanitas en Cristo
El Padre Thomas à Kempis fue un monje de los Canónigos Regulares del Monte Santa Inés en Windesheim en Alemania (a unas 20 millas al suroeste de Mainz) que fue ordenado sacerdote en 1413. Nació en Kempen en la Diócesis de Colonia, en 1380 y es descrito como “un hombre de mediana estatura, tez oscura y coloración viva, con frente ancha y ojos penetrantes; bondadoso y afable con todos, especialmente con los afligidos y afligidos; constantemente ocupado en sus ocupaciones favoritas de leer, escribir u orar; en el tiempo de recreación en su mayor parte silencioso y recogido, encontrando difícil incluso expresar una opinión sobre asuntos de interés mundano, pero derramando un rápido torrente de elocuencia cuando la conversación giraba en torno a Dios o las preocupaciones del alma. En esos momentos, a menudo se disculpaba: "Hermanos míos", decía: "Debo irme: alguien está esperando para conversar conmigo en mi celda".
Comentario de la hermana:
Queridos pequeños corazones,
Todos estamos llamados, independientemente de nuestro estado en la vida, ya sea que estemos casados, consagrados o solteros, a ser "otros Cristo", "otras Marías" en este mundo. No es lo que hacemos o no logramos a nivel temporal, sino la calidad de nuestro amor, servicio y ser que, tan a menudo, solo Dios ve. Sin embargo, en este mar tempestuoso de la vida necesitamos el ejemplo de testigos a quienes podamos mirar y en quienes podamos modelar nuestras propias decisiones. Algunos testigos pueden tener un gran atractivo, otros menos, pero Dios puede hacer que todos nos hablen si oramos y nos esforzamos por estar abiertos.
Las Escrituras y las enseñanzas de la Santa Madre la Iglesia deben ser nuestro principal alimento espiritual, pero también son muy dignos de elogio esos escritos y tratados que se nos transmiten de generación en generación para nuestra edificación. Es parte de lo que llamamos Sagrada Tradición en la Iglesia.
Mi propia aproximación, como monja consagrada, a esto es verlo a través de los ojos y el corazón de María ... ¿no nos atraerá ella, no es así, constantemente a su Hijo, Jesucristo, a quien encontramos tan íntimamente en los evangelios, nos convertimos en quienes nos enfocamos. No es suficiente asentir a lo que Cristo ha dicho, también es un llamado a poner sus palabras en elecciones y acciones. Las palabras del extracto anterior son profundamente ciertas. ¡En la enseñanza de Cristo encontramos el maná escondido, alimento para nuestras almas, nuestras vidas y nuestro viaje desde vagar por el desierto de este mundo hasta el mismo Trono del Dios Altísimo mismo!
Al principio, oremos para que seamos consumidos en el amor por el espíritu de Cristo, el espíritu de María ... y aquí, ahora, en este lugar, en este momento, comience ... porque como nos recordó San Francisco. , “Es hora de que comencemos de nuevo porque en realidad aún no hemos comenzado”.
Tus hermanitas en Cristo
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