Dios quiere bendecirnos más de lo que nosotros queremos ser bendecidos por él. Quiere darnos vidas de auténtica abundancia, y esto se encuentra en una comunión viva, profunda y creciente con él. Entonces, la vida cristiana se trata de hallar nuestro propósito, sentido y destino en la dependencia de Dios; no por fuerza o poder humanos, sino POR SU ESPÍRITU.
Atentamente: Ernesto y Moraima Betancuort.