No podemos mejorar lo que no podemos medir. Registre todo lo que le gustaría medir, junto con el contexto y la emoción que evoca el acontecimiento. Por ejemplo, las experiencias diarias, el consumo de nicotina al dejar de fumar o cualquier otra cosa que desee registrar.
Uno de los aspectos esenciales de la inteligencia emocional para mejorar el bienestar o abandonar un hábito perjudicial es reconocer los factores emocionales que desencadenan el deseo o el hábito. Estos desencadenantes pueden variar mucho de una persona a otra. Para algunos puede ser el estrés en el trabajo, para otros las situaciones sociales, los sentimientos de ansiedad o el aburrimiento. Al identificar estos factores, podemos desarrollar estrategias para afrontarlos con mayor eficacia.
Registre los incidentes junto con el contexto emocional. Con el tiempo, surgirán patrones invisibles.