Para 2533, la tecnología de la raza humana hizo posible crear, recolectar y enviar 18 expediciones a sistemas estelares cercanos...
Uno de ellos, el cuarto consecutivo, fue a TRAPPIST-1, un sistema ubicado a 39 años luz de la Tierra. Una enana roja, con un brillo tenue, calienta 7 planetas ubicados muy cerca uno del otro...
Poco después de nuestra llegada, nuestra colonia se expandió a todos los planetas del sistema. Los bienes, tecnologías y recursos energéticos se intercambian entre sistemas de 18 estrellas.
En 2823, una inteligencia artificial rebelde, a la que llamamos Psixo-AI e inspirada en cuentos de hadas y leyendas humanos, diseñó y creó un nuevo tipo de humano utilizando bioimpresoras.
Estos mutantes se volvieron más resistentes a la radiación. Pueden sobrevivir en las duras condiciones del espacio durante mucho tiempo sin comida ni agua, luz ni calor, con un mínimo de oxígeno.
Construir barcos para ellos no fue una tarea difícil. Similar a los personajes de los cuentos de hadas humanos, cada mutante posee una habilidad única. Cada tipo de mutante controla su categoría de naves. Los bloqueadores de energía psíquica desactivaron el control de la IA de las naves durante las batallas.
Por lo tanto, las naves son piloteadas por organismos vivos. Psixo-AI estableció el concepto de destruir las colonias espaciales humanas y la humanidad en su conjunto.
Al final, el mal vino de donde no esperábamos. Lo creamos nosotros mismos y debemos destruirlo...