Autor: Arthur Schopenhauer
Sección: Filosofía y Lógica
la lengua árabe
Fecha de lanzamiento: 09 de enero de 2014
Páginas: 204
Tamaño de los archivos: 2,87 MB
Tipo de archivo: PDF
Fecha de creación: 27 de mayo de 2014
El arma más grande de la falacia es el engaño y el engaño, es decir, quería que se basara en argumentos hipócritas y dejara los claros. Y cuando el hombre prefiere esa hipocresía y se apresura a ello, por su egoísmo y amor propio, como no tiene más humillación que verla rota y humillada, y por su conocida tendencia al engaño y la intriga, y por lo que la rodea. le dice que el camino correcto es el correcto Los argumentos y su corrección son más estrechos, y el camino de los argumentos retorcidos y sus mentirosos es el arma más grande de la falacia, que es el engaño y el engaño, es decir, su devoto de adoptar argumentos hipócritas y dejar los rectos. Y cuando el hombre prefiere esa hipocresía y se apresura a ello, por su egoísmo y amor propio, como no tiene más humillación que verla rota y humillada, y por su conocida tendencia al engaño y la intriga, y por lo que la rodea. él que el camino correcto es el correcto Los argumentos y su corrección son más estrechos, y el camino de la falsedad y la falsedad de los argumentos es más amplio. Este tipo de argumentos hipotéticos y camuflados deben ser examinados para determinar su naturaleza y luego determinar los medios para refutarlos. Eso es porque todo el que se apoya en argumentos camuflados nos impone dos opciones: o aclaramos la ubicación de la falacia, y cortamos su conversación con él; Y o lo seguimos en eso, y trabajamos para confrontarlo y criticar su falacia. Y mientras este sea el caso, se ha hecho patente la importancia del conocimiento de las falacias para poder refutarlas y afrontar los diversos métodos de engaño y confusión. El crítico de falacias debe estar familiarizado con los orígenes y controles de la industria, y poseer capacidades analíticas y evaluativas que le permitan adquirir los diversos mecanismos de presentación y objeción. Quien lo sepa y trabaje en ello, logrará eliminar la falacia para engañarlo, y tal vez revertirla en su contra y volver el argumento en su contra. Y si el que ignora la ley no es excusado, entonces el que ignora estos trucos o falacias es más merecedor de la victoria y la derrota. Quien domine este tipo de argumentos y domine sus métodos, la victoria es su aliado, tenga o no razón en eso.