El sistema se basa en el uso de un cilindro de escora (o basculante), un concepto ingenioso y sencillo: no necesita ninguna referencia externa (excepto la gravedad) y el cilindro es extremadamente fácil de mantener limpio. El ángulo de inclinación cambia en relación con la flotabilidad y, por tanto, directamente en relación con el contenido de azúcar. Se forma un ángulo entre el centro de masa y el centro de flotabilidad dependiendo de la densidad del fluido.