Kila: Snow White

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Kila: Blancanieves - un libro de cuentos de Kila

Kila ofrece divertidos libros de cuentos para estimular el amor por la lectura. Los libros de cuentos de Kila ayudan a los niños a disfrutar de la lectura y el aprendizaje con una gran cantidad de fábulas y cuentos de hadas.

Érase una vez una princesa que tenía la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano. Ella fue nombrada Blancanieves.

La reina, que era la madrastra de Blancanieves, tenía un espejo mágico y solía preguntar: "¿Quién es el más hermoso de todos nosotros?" Respondería: "Tú eres la más bella de todas".

Blancanieves se estaba volviendo más y más bonita, mucho más que la propia reina. Cuando se dio cuenta de que Blancanieves era más bella que ella, se sorprendió y la odió desde ese momento en adelante.

Finalmente, le dijo a un cazador: "Lleva a la niña al bosque, mátala y tráeme su corazón como prenda".

El cazador se apiadó de Blancanieves y la dejó ir. Luego mató a un jabalí joven y le llevó su corazón a la Reina como muestra.

El pobre niño empezó a correr por el bosque. Las fieras fueron tras ella, pero no le hicieron daño.

Llegó a una casita y entró a descansar. Todo allí era muy pequeño, pero lo más limpio y ordenado posible.

Había una mesita con siete platos pequeños y siete tazas para beber. Blancanieves comió de cada plato un poco de carne y bebió de cada taza un poco de vino.

Después de eso, se sintió tan cansada que se acostó en la séptima cama, que era del tamaño adecuado para ella, y se quedó dormida.

Los dueños de la casa eran siete enanos. Cuando llegaron a casa, vieron a la hermosa Blancanieves acostada allí dormida. Estaban tan llenos de alegría al verla y dejarla dormir.

Cuando Blancanieves se despertó y los vio, se asustó mucho, pero cuando parecían bastante amistosos, les contó su historia. Los enanos le permitieron quedarse con ellos y ella mantuvo su casa en buen estado.

Por la mañana, los enanos fueron a la montaña a buscar oro. Por la noche volvían a casa y tenían que preparar la sopa.

Un día, el espejo mágico le dijo a la Reina que Blancanieves todavía estaba viva. La reina estaba muy enojada y sabía que el cazador la había engañado.

Fue a su cámara secreta e hizo una manzana venenosa. Luego se hizo como una campesina y fue a donde vivían los siete enanos.

Llamó a la puerta, mostró la manzana y le pidió a Blancanieves que le diera un mordisco. La manzana fue hecha con astucia para que ella mordiera la mitad envenenada. Luego cayó al suelo sin respirar.

Los enanos hicieron un ataúd de vidrio transparente para Blancanieves y lloraron y se lamentaron durante tres días enteros. Sin embargo, todavía se veía como si estuviera viva.

Sucedió que, un día, un príncipe pasó cabalgando por la casa de los enanos. Vio el ataúd y la hermosa Blancanieves en su interior. Les pidió a los enanos que le permitieran llevarla a casa y cuidarla y los enanos estuvieron de acuerdo.

Mientras sus sirvientes se llevaban el ataúd, el trozo de manzana envenenada se cayó de la boca de Blancanieves. "¡Dios mío! ¿Dónde estoy?" ella lloró. El hijo del rey respondió lleno de alegría: "Tú estás cerca de mí", y le contó todo lo que había sucedido.

Blancanieves fue con él para casarse, y su boda se celebró con gran pompa y esplendor.

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