De niña pasaba tardes enteras con mi padre, un gran aficionado a la fotografía, mirando diapositivas, cada imagen era una emoción que marcaba en mi mente y una oportunidad para dar rienda suelta a mi imaginación. Desde entonces Roma mi ciudad, mis viajes, mis estudios, mis pasiones y mi música han sido objeto de una continua búsqueda de un punto de vista insólito capaz de despertar curiosidad e interés.Me encanta la fotografía porque es un lenguaje universal que permite el acceso a un mundo sin límites, para decirlo con el maestro Fellini: "Un lenguaje diferente es una forma diferente de ver la vida".